Monday 26 December 2016

Opinión de Antonio Sánchez García


Opinión de Antonio Sánchez García
Wahrheit ist konkret
“La verdad es concreta” Hegel
Poco después de la atronadora victoria electoral del 6 de diciembre de 2015, en una visita a Caracas, el ex presidente de Colombia y comprometido amigo de la oposición venezolana Andrés Pastrana podía darse por plenamente satisfecho. En un encuentro que sostuviera con Nicolás Maduro en Miraflores, su derrotado compatriota in partibus, le aseguró que no debía preocuparse: reconocería el triunfo opositor y daría curso a la proclamación de la flamante Asamblea Nacional, dominada por los demócratas en términos más que suficientes como para vehiculizar constitucionalmente todos los cambios que la bancada opositora estuviese facultada a realizar y estimara pertinentes. Respondiendo a las exigencias históricas que sus electores les plantearan, dándoles su voto.  Que debemos repetirlo una y otra vez, hasta que se entienda: el voto fue expresión del rechazo al régimen, no de aprobación a quienes las direcciones de los partidos amparadas en el chantaje unitario pusieran en lisa. La cena en que nos lo contara en presencia del ex presidente boliviano Tuto Quiroga, la esposa del detenido Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma, Mitzy Capriles y el director de la organización que agrupa a los ex presidentes de Hispanoamérica (IDEA) Asdrúbal Aguiar, entre otros comensales, rebosaba de felicidad: al parecer, la pesadilla llegaba a su fin. Cumpliéndose a cabalidad el desiderátum de quienes llevan dieciocho años evitando enfrentarse a la dictadura: constitucional, pacífica, electoralmente.. Jamás olvidaré el mea culpa de un bloguero venezolano surto en Paris, porque había comulgado con quienes sosteníamos - ¡y el tiempo cómo nos ha dado la razón! – que dictadura marxista no sale con votos.
Confieso haber desentonado. Atenaceado por las dudas ante la voluntad desquiciadora del sátrapa y su vehemente y lacayuna subordinación a los tiranos cubanos, que sin el ordeño venezolano desfallecen, no me tragué el cuento navideño. Supuse, y para mi inmensa desventura tuve una incontrovertible razón, que una dictadura castrocomunista, como la que permitiera las elecciones al precio de la inmediata castración de los ganadores, no soltaría su presa, encontraría los medios de anular el efecto aparentemente mortífero de tal victoria, que los ganadores se darían por satisfechos en su vanidad personal holgándose de la victoria pero negándose a cobrar en efectivo, pasando de inmediato por taquilla. La victoria del 6 D, insinué ante el inocultable disgusto de los otros comensales, pronto se vería convertida en agua de borrajas. El Poder, seguí argumentando, se juega a unos niveles mucho más profundos y viscerales que en la superficie de las urnas y allí la infernal maldad, crueldad y porfía de los tiranos cubanos no daría su brazo a torcer. Muy a pesar de ser en los hechos, tal como lo aparentase entonces,  una victoria definitiva e irrevocable.
No es nada grato aguarle la fiesta a los amigos. Y desilusionar a quienes esperan ansiosos por la libertad de sus familiares.  Pero como bien lo dijo Hegel hace más de dos siglos, la verdad es concreta. Y ese triunfo, para convertirse en algo concreto, debía ser respaldado de inmediato por la rebelión civil y el enfrentamiento popular con la satrapía. Un mero capítulo, aunque fundamental, en el proceso de acumulación de fuerzas vivas con una sola meta: el desalojo, por la razón o la fuerza, de la satrapía. Nada de lo cual ocurrió. Ni al parecer,  por ahora, ocurrirá. Habiéndose cumplido un año de dicha victoria y a días de cumplirse un año de la puesta en funciones de la nueva Asamblea Nacional no se cumplieron ninguna de sus promesas: ni Nicolás Maduro fue revocado, ni todos los presos políticos liberados, ni se estableció un nuevo gobierno que diera cuenta de ese dramático cambio en la correlación de fuerzas. Seguí teniendo la razón: las fuerzas en correlación, para ser efectivas, deben ser concretas, como la verdad hegeliana, dar respuesta a esa inocultable enemistad entre la satrapía y la inmensa mayoría democrática en las clásicas formas de la lucha cuerpo a cuerpo: aplastando al enemigo. Y no se me responda con el clásico argumento de los cobardes: no tenemos las armas.. No hay arma más mortífera que un pueblo alzado, guiado por una vanguardia voluntariosa y decidida, como la que representara en el 2014 el ímpetu de Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma y la SALIDA. Traicionada de manera aviesa y cobarde por el llamado G-3.
Tampoco es grato reconocer que a pesar de ese notable triunfo opositor, quien triunfaría a la postre sin ceder un ápice de su Poder, manteniéndose apernado en el cargo y  agravando a destajo la ya devastada economía nacional, sería el sátrapa. Y a su través, el tirano que sobrevive en la Cuba castrocomunista y hace y deshace en Venezuela. Esperando hacerse con su poder total y absoluto.. Cosa que ni Barak Obama ni Jorge Bergoglio han estado dispuestos a reconocer. Y pronto veremos si Donald Trump accede a pasar bajo las mismas horcas caudinas o resucita la grandeza americana de los tiempos reaganianos. Para ellos, como muy en el fondo de sus corazones también para Acción Democrática, Primero Justicia, UNT y Falcón, ésta no es una dictadura, ni una satrapía ni una colonia cubana: es sólo y nada más que un mal gobierno. Al que se le debe permitir terminar su mandato. ¿Cómo entender si no que acepten de buen grado darle largas hasta diciembre del 2018? ¿Aún desconocen que tampoco entonces estarán dispuestos a dejar el Poder, anulando las presidenciales sin el menor peso de conciencia?
De parte de Maduro-Castro, ni magia ni prestidigitación: simple conocimiento a fondo de las leyes que rigen el enfrentamiento por el Poder en sociedades fracturadas, así como una perfecta identificación de las debilidades, complejos, taras e incapacidades existenciales del adversario, disposición a usar el puñal y la chequera para torcer sus voluntades y dominio del juego de amenazas y castigos que rigen sobre la arena de la lucha política.. Auténticos tahúres profesionales, crueles e inescrupulosos, del dominio y la esclavización. Con más de medio siglo de experiencia.  No aficionados recién salidos del cascarón universitario, como acontece con gran parte del nuevo liderazgo opositor.
De modo que ya atropellamos el año de transcurrido el 6D y pronto atropellaremos el año de transcurrido el 5E.Y en el colmo del descaro y la sinvergüenzura, ya algunos de los vendidos de siempre, conminan a repetir la ominosa claudicación dialoguera, parte 2. Cuando vuelvan a repicar las campanas por el diálogo quedará suficientemente en claro quién es quién. Quienes siguen colaborando con la dictadura y traicionando la voluntad popular por cautelar sus mezquinos y bastardos intereses, y quienes tienen el corazón bien puesto como para asumir la defensa de la Patria que los vio nacer. Todo lo demás es cuento.
Fuente: Diario El Nacional

Sunday 4 December 2016

VIOLENCIA LEGAL CONTRA VIOLENCIA FORZOSA (Rafael Grooscors Caballero)

VIOLENCIA LEGAL CONTRA VIOLENCIA FORZOSA
(Rafael Grooscors Caballero)
Una “mesa de diálogo” con quienes todavía están con las armas en la mano, no puede entenderse sino como un “armisticio” entre potencias beligerantes, cuando más allá de la fuerza de sus cañones, la diplomacia impone un transitorio cambio estratégico que las obligue a deliberar. Lógicamente, este no es el caso de Venezuela, en el momento actual, porque quienes tienen las “armas” son los de uno sólo de los dos grupos que se intenta que dialoguen y quien inició la “violencia” es ese mismo grupo armado, el cual detenta el gobierno, controla la casi totalidad de las instituciones del Estado y mantiene una especie de asociación delictiva con las Fuerzas Armadas Nacionales; es decir, el “régimen”. El otro grupo, la oposición, representada por la MUD – alianza de partidos políticos-- tiene una “única” institución que lo apoya: la Asamblea Nacional o el Poder Legislativo, representante de casi el 70% del electorado nacional; o sea, del equivalente a 14 Millones de venezolanos con capacidad para participar en el arbitrio del destino de la Nación. El primer grupo cuenta con la fuerza bruta; el otro, con la fuerza de la razón. Antípodas incapaces, por sobrada diferencia, de entenderse en un mismo lenguaje –barbarie contra civilización—y mucho menos “sentarse a dialogar”, como cuando el aroma y el color de las flores nuevas resurgen en la más dorada primavera de un escenario exento de riesgos y peligros.
No puede haber “diálogo” entre quienes representan las balas y entre quienes tienen el apoyo solemne de los votos. El valor de estos últimos tiene que ser suficiente para acallar el estruendo de las primeras. En una democracia, en una sociedad civilizada, los votos valen mucho más que las balas. Y, en todo caso, ¿qué es lo que se tiene y se quiere dialogar? ¿El severo respeto a la Constitución o el vulgar reparto del “ouro preto” del presupuesto nacional? ¿Quién y cuándo se propuso y logró violentar la Constitución y burlarse impunemente de la sagrada voluntad de la mayoría de los venezolanos? Veamos:
El 6 de diciembre del año pasado, un 70% del electorado votó “contra” el gobierno de turno, contra los dueños del Poder, de manera que ni siquiera la múltiple usurpación de las instituciones en beneficio de los perdedores, del régimen, pudo impedir que se conociera el fallo inapelable de la soberanía
nacional. Los venezolanos escogieron a las dos terceras partes de los candidatos de la oposición, para que integraran el Poder Legislativo y para que, con base en la Constitución vigente, repelieran los atropellos contumaces y continuados de quienes venían operando como “dueños” de Venezuela, precipitando al país hacía un caos irremediable, hacia una insalvable caída, la cual nos arrastra cada vez con mayor fuerza hacia el vacío. Venezuela votó contra el gobierno y ordenó a sus representantes, “poner orden en la casa”.
Ahora bien, antes de que los representados –los venezolanos-- fueran oídos y sus representantes legítimos actuaran, el “régimen” se adelantó, “a la brava”, a desfigurar el orden republicano, apelando a una “falsa y perdida mayoría”, transformando en barricada --¡bélicos, al fin!— a uno de los tres Poderes del Estado, el Poder Judicial, designando, en forma írrita e inoportuna, trece nuevos magistrados, sin los créditos exigidos por la propia Ley Orgánica respectiva, para integrar la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Es decir, irrespetando el espíritu de la Constitución, la moral pública, el Estado de Derecho y repeliendo la voz de la mayoría de los venezolanos. ¡Un verdadero golpe salvaje imposible de justificar! En otras palabras, el “régimen” se lanzó a una carrera de “violencia forzosa” contra los votos, para lo cual habrá que buscar las balas para defenderlos, entendiendo como tales las figuras legales que configuren la misma fuerza con que ellas agreden.
Desde el mismo mes de enero, luego de su instalación, la Asamblea Nacional del pueblo, en su gran mayoría constituida por representantes de la voluntad nacional, ha intentado encontrar un camino para poner ese “orden en la casa” que les exigieron sus representados; 14 Millones de venezolanos. Pero todo intento ha sido “anulado” por el “frankenstein” de la perversa Sala Constitucional del TSJ, alegando, en curiosa y cínica hipocresía leguleya, la defensa de la “constitucionalidad” del ya oprobioso régimen dictatorial imperante en Venezuela.
Desde entonces se dejó de lado lo que ya es imperioso decidir. ¡Anular la írrita designación de los falaces magistrados, impuestos en los días distraídos de la pasada navidad de 2015 y nombrar a sus sustitutos! Apelar a la estricta legalidad de esta acción, tomando en cuenta lo que al respecto dictan la Constitución y la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, más la opinión acerca de lo que consideren conveniente, por ejemplo, las universidades y los colegios profesionales respectivos, representantes a su vez de la sociedad civil desvalorizada, así como de la inteligencia académica que tanto ha despreciado el régimen usurpador presente. Y, finalmente, organizar, con todo derecho y con toda la mayor fuerza operativa posible, una marcha entusiasta e incontenible, de convencidos y leales demócratas venezolanos, para acompañar a los nuevos magistrados hasta el Palacio de Justicia y presenciar, aplaudiendo, avivando con singular interpretación el Himno Nacional de Venezuela, su “magistral” ocupación sobre las sedes arrebatadas desde hace un año, por quienes, sin propiedad, las utilizaron para violar la Constitución de la República y para burlar la solemnidad, la seriedad y la firmeza, del pueblo venezolano. Esto es lo que conviene hacer ya, antes que nada y sin más pérdida de tiempo, para luego disponer las otras medidas que manda la ley, para, en definitiva, “poner orden en la casa”. ¡Manos a la obra!

grooscors81@gmail.com



Wednesday 23 November 2016

Con el diálogo hemos topado (ARMANDO DURÁN)

Con el diálogo hemos topado
(I)
ARMANDO DURÁN
6 DE NOVIEMBRE 2016

La aparición de José Luis Rodríguez Zapatero en el escenario político nacional respondió a una doble necesidad de Nicolás Maduro. Por una parte, neutralizar el proyecto propiciado por Luis Almagro de aplicarle a su gobierno el artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana; por la otra, cancelar la puesta en marcha del mecanismo constitucional del referéndum revocatorio de su mandato presidencial, solicitado por la oposición.

La intentona de armar una embaucadora mesa de diálogo naufragó al nacer en las aguas del mar Caribe dominicano a finales de mayo, pero generó la ilusión de un posible acuerdo del gobierno y la oposición para encontrarle una salida negociada a la atroz crisis que sufre el país. Los gobiernos de Estados Unidos y América Latina no desaprovecharon esta oportunidad y pudieron salirse de la difícil suerte, dejando para otro momento el debate sobre la propuesta de Almagro. Gran victoria política de Maduro. Y encima, de gratis.

No obstante, desactivar el revocatorio a punta de diálogo era harina de otro costal. De manera muy especial, porque superar el conflicto entre el gobierno y la oposición mediante la negociación, principal seña de identidad del quehacer político, a estas alturas del proceso era una opción desacreditada por completo. Y con muchísima razón, pues desde el sobresalto del 11 de abril, el régimen recurría a ella cada vez que las circunstancias lo colocaban en un callejón sin salida aparente. De esta trampa, astutamente planteada por José Vicente Rangel al presentarle al país el inadmisible dilema de “o nos entendemos o nos matamos”, surgieron, entre otras ingratas experiencias, la Comisión Presidencial para la Reconciliación Nacional y la Paz, la Mesa de Negociación y Acuerdos propiciada por César Gaviria y Jimmy Carter, las diversas y continuas maniobras del régimen para posponer la fecha del revocatorio del mandato presidencial de Chávez hasta agosto de 2004 y la reunión en marzo de 2014 del sector más moderado de la oposición con el propio Maduro, cuya única finalidad fue desactivar, como en efecto hizo, las protestas estudiantiles y de los partidarios de Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado, que desde hacía semanas estremecían al país.

A esto había que añadir un nuevo y perturbador ingrediente. Tras la derrota aplastante del chavismo en las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre resultaba muy cuesta arriba intentar desmovilizar a una sociedad civil que por fin se sentía mayoría y ahora le exigía a sus dirigentes actuar de acuerdo con esa nueva e irrefutable realidad. En definitiva, aquella rotunda victoria electoral había puesto en manos de la oposición el control de la Asamblea Nacional, o sea, la legítima oportunidad de desafiar al régimen, de poder a poder.

El momento de mayor gloria de esta nueva fase de las relaciones políticas tuvo lugar el primero de septiembre. Con aquella impresionante demostración de fuerza popular, la oposición pareció adquirir una seguridad inconmovible. Lloviera, tronara o relampagueara, la restauración de la democracia en Venezuela ya era un hecho. La noche anterior, sin embargo, el régimen se había anotado su segundo gran triunfo político desde el 6-D, pues Rodríguez Zapatero regresó sigilosamente a Caracas y logró sentar a la mesa del ministro del Interior a representantes de la MUD y del gobierno. De aquel encuentro casi clandestino surgieron dos compromisos decisivos: la oposición no conduciría a las masas hasta el centro de Caracas y además daría la concentración por
terminada a la una de la tarde. A cambio, el gobierno garantizó que no reprimiría a los manifestantes.

Ambas partes cumplieron ese día su parte del trato. A la MUD le bastó la respuesta masiva de los ciudadanos y no previó lo que ocurriría casi de inmediato, cuando Maduro, misteriosamente, creyó que a pesar de la extrema debilidad del régimen, ya le había ganado su pulso a la oposición, y de un solo, ilegal e imprudente plumazo, canceló la recogida de firmas prevista para los días 26, 27 y 28 de octubre. A la oposición no le quedó más remedio que reaccionar y otra vez, más peligrosamente que nunca, volvió a ensombrecerse el inestable horizonte nacional. De ello nos ocuparemos en la columna del próximo lunes.


(II)
ARMANDO DURÁN
13 DE NOVIEMBRE 2016

La respuesta al desmán de Nicolás Maduro contra el derecho ciudadano a votar no se hizo esperar. El 20 de octubre, en rueda de prensa de la MUD, Henrique Capriles sostuvo que “ser pacifista no significa ser pendejo” y denunció que el régimen había dado un golpe de Estado. Al día siguiente, desde la Asamblea Nacional, Julio Borges advirtió que ante esta realidad “el pueblo tiene el deber y el derecho a la rebelión” y Henry Ramos Allup anunció que el Poder Legislativo iniciaría de inmediato un juicio político a Maduro, exigió a la FAN “no ejecutar ni obedecer ningún acto o decisión que menoscabe los derechos del pueblo y convocó al pueblo a la defensa activa, constante y valiente de nuestra Carta Magna y del estado de Derecho”.

El proceso político entraba así en una nueva y decisiva fase. Sobre todo, porque el 26 de octubre, fecha en la que estaba previsto comenzar a recoger las firmas necesarias para activar el mecanismo revocatorio del mandato presidencial de Maduro, se produjo la toma de Venezuela, que además de haber sido una formidable demostración de fuerza popular, sirvió de muy propicio escenario para informar a la opinión pública venezolana y a la comunidad internacional que el primero de noviembre Maduro tendría que comparecer ante la plenaria de la Asamblea General, acusado de haber roto el hilo constitucional, y que el jueves 4 los 112 diputados de la oposición, acompañados por un pueblo comprometido a fondo con su obligación constitucional de devolverle su vigencia al ordenamiento jurídico democrático, marcharían hasta el palacio de Miraflores a entregarle a Maduro su carta de despido.

¿Qué ocurriría si los protagonistas del gran drama nacional no encontraban a tiempo una alternativa a esta mortal confrontación en ciernes? ¿Cedería esta vez el gobierno o de nuevo la oposición daría un paso atrás? ¿Hasta qué extremo estaba la oposición realmente resuelta a jugarse el todo por el todo a las puertas de Miraflores? ¿Asumiría el régimen de la revolución “bolivariana” la defensa numantina de un poder político que sus jefes no estaban dispuestos a entregar por las buenas ni por las malas?

Llegados a este punto crucial, reapareció en Venezuela el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el cardenal suizo Emil Paul Tscherrig, enviado por el papa Francisco para incorporarse a los ex presidentes de la mediación internacional, hizo su presentación oficial en sociedad con un comunicado perturbador. Por una parte Tscherrig le notificaba al país que se había reunido por separado con representantes del gobierno y de la oposición. Por la otra, que en esos encuentros se había acordado abrir una mesa de diálogo el domingo 30 de mayo en la isla de Margarita.

La indignación y el asombro pasaron a ser de pronto los nuevos e ingratos ingredientes de la confusión y la incoherencia política de la oposición. Se escucharon entonces las primeras voces de opositores muy molestos. ¿De qué diálogo hablaba el mediador del Vaticano?, se preguntó un sorprendido Henrique Capriles, quien además confesó haberse enterado de la reunión por televisión. Lo mismo hicieron María Corina Machado y algunos dirigentes de Voluntad Popular. Luego circularon fotos que mostraban al cardenal suizo junto a Borges y otros dirigentes opositores. Más tarde se publicó otra foto, muchísimo más comprometida, en la que aparecía Jesús Torrealba en compañía de Jorge Rodríguez y demás representantes del gobierno. Tras un largo y culposo silencio, bien entrada la noche, la MUD admitió por fin que esa reuniones sí se habían realizado, Torrealba reconoció que en efecto los representantes de la oposición se reunirían con los del gobierno la noche del domingo, aunque aclaró que no en Margarita sino en Caracas y la Iglesia declaró que el comunicado de Tscherrig había sido un error comunicacional.

De todos modos, el domingo, tal como se decía en el dichoso comunicado, a las 7 y media de la noche, se inició el encuentro en un salón del museo Alejandro Otero. Con dos novedades, la de otro enviado del Vaticano, el arzobispo Claudio María Celli, en lugar de Tscherrig. La otra, para mayor indignación y asombro, con un Nicolás Maduro, sonriente y feliz, sentado en la cabecera de la mesa, entre Enrique Samper y Celli.


(III)
ARMANDO DURÁN
20 DE NOVIEMBRE 2016

Este 30 de noviembre, mientras los representantes del gobierno y la oposición se disponían a celebrar su primera reunión, uno tenía la impresión de estar contemplando un espectáculo teatral chocante. Sobre todo, porque cuando estaba a punto de iniciarse el encuentro, Nicolás Maduro se incorporó al grupo por sorpresa, sonriente y feliz, todos juntos y casi revueltos, como si la Asamblea Nacional, dentro de dos días, no fuera a enjuiciarlo por haber dado un golpe de Estado y como si para el jueves 3 de noviembre no estuviera programada la madre de todas las marchas, en esa ocasión hasta el mismísimo palacio de Miraflores, para entregarle personalmente a Maduro su carta de despido.

¿Qué había pasado para que tras unos pocos días de tremendismo verbal la dirigencia política de la oposición recuperara abruptamente las maneras y modos de la buena conducta burguesa que hasta la rueda de prensa del viernes 20 de octubre había regulado las relaciones de la oposición con el régimen? Peor aún, ¿a qué acuerdos secretos se había llegado ese domingo y el fin de semana siguiente para que Carlos Ocariz, ahora portavoz de la alianza opositora, leyera la noche del sábado 12 de noviembre un comunicado en el que uno y otro bando expresaban su coincidencia en torno a puntos tan inadmisibles como la existencia de una guerra económica contra el régimen y contra Venezuela, el desacato continuo de la Asamblea Nacional a las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, el reconocimiento de que en efecto la oposición había hecho fraude en la elección del 6-D en el estado Amazonas y la inaudita adopción del término “personas detenidas” para identificar a quienes sin ninguna discusión son pura y simplemente presos políticos?

El último punto de esta nueva y desoladora rectificación de la radical estrategia opositora adoptada 10 días antes fue cancelar el juicio político a Maduro y la marcha del 3 de noviembre, al parecer, a solicitud tanto de Claudio María Celli, nuevo representante papal, como de Thomas Shannon. Poco le importó a la dirigencia de la MUD que pocas horas después de la primera reunión Maduro le
advirtiera al país que “ni con votos ni con balas me sacan más nunca de Miraflores” y que de paso le recomendara al pueblo opositor entender que “la revolución es irreversible”.

Sólo el padre jesuita José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello, marcó distancia del Vaticano y de la dirigencia opositora que se había reunido dócilmente con los representantes del gobierno, al calificar estas palabras de Maduro como “una aberración política”. Shannon, a su vez, declaró antes de marcharse de Venezuela que el diálogo que auspiciaban el Vaticano y Unasur “es la última y mejor oportunidad” de lograr una salida pacífica a la crisis. Si no se logra, sostuvo, la situación venezolana puede hacerse “impredecible y peligrosa”. Por su parte, monseñor Celli afirmó que “si fracasa el diálogo, el camino podría ser el de la sangre”. La misma posición que asumió la Conferencia Episcopal al plantear un viejo dilema diseñado por los estrategas políticos del régimen después del 11 de abril: o la oposición acepta convivir en paz con el gobierno, o en Venezuela “habrá guerra civil”. Como si en verdad fuera posible una confrontación bélica entre un pueblo indefenso sin remedio, y un ejército entrenado y equipado para la guerra.

¿Qué ocurrirá esta semana? Varias decisiones me parecen inevitables. Por una parte, Voluntad Popular y Vente tendrán que definir su posición y su estrategia dentro de la MUD. Por la otra, dirigentes como Henry Ramos Allup y Henrique Capriles, quienes han perdido buena parte de su capital político en una mesa que a fin de cuentas, a cambio de la libertad de algunos rehenes, sólo ha servido para oxigenar a un régimen que agonizaba, sin la menor duda, irremediablemente, también puede que protagonicen nueva confrontaciones internas en la MUD. Mientras tanto, acosados por las consecuencias más despiadadas de la escasez y la hiperinflación, de nuevo perdido el rumbo político, crecerá el malestar y la impaciencia de los ciudadanos, que exigen, con toda la razón del mundo, y ya sin demasiadas contemplaciones, una solución global a la crisis, a muy corto plazo. ¿Al costo que sea?
ARMANDO DURAN











“El político se convierte en estadista 
cuando piensa en las próximas generaciones 
y no en las próximas elecciones” (Winston Churchill).








Saturday 19 November 2016

EL CASO VENEZUELA (Rafael Grooscors Caballero)

                                         EL CASO VENEZUELA
                                      (Rafael Grooscors Caballero)
          En Venezuela gobierna un régimen totalitario, revestido de “dictadura constitucional”. Todos sus abusos los protege con leyes y jueces amañados, condenando al fracaso a la “oposición” visible. La verdadera oposición está en la calle y fue la que votó el 6 de diciembre del año pasado, definitivamente contra el gobierno, 80% a 20% e impidiendo los intentos de fraude del régimen. La actual Asamblea Nacional no representa a los partidos de oposición, integrados en la MUD, sino a la aplastante opinión anti gobierno de la inmensa mayoría de los venezolanos. Sus Diputados se deben a ese pueblo y el mandato que recibieron, fue muy claro: ¡saquen del Poder a los dictadores que nos gobiernan! Había que entender ese mandato y proceder en consecuencia y de inmediato. La AN tenía que haber “cortado por lo sano” y haber reestructurado, en el propio mes de enero del año en curso, la Sala Constitucional del TSJ, nombrada por la extinta Asamblea, fuera de oportunidad y violando la Ley Orgánica de la máxima instancia judicial. Igualmente, haber cubierto las vacantes existentes en el CNE, sin pérdida de tiempo. Rotos estos tentáculos, el pulpo totalitario hubiese quedado sin defensas y ya habría desocupado el “Trono” de Miraflores. Todavía queda tiempo y persisten las condiciones favorables. Venezuela les pide talento y voluntad a  sus líderes y espera una paz con futuro promisor.


Wednesday 19 October 2016

La muerte de Jesús: verdad contada por los historiadores no cristianos (JUAN GOSSAIN)

La muerte de Jesús: verdad contada por los historiadores no cristianos
Estudiosos explican cuatro causas de la muerte de Cristo, tras el terrible suplicio en la cruz.
Por:  JUAN GOSSAÍN |
23 de marzo de 2016
 Se conjetura que mientras estuvo crucificado, Jesús sufrió una terrible   arritmia cardíaca, debido a que su corazón trataba de bombear afanosamente   una sangre que ya no tenía.
Foto: Rodolfo Herrera / EL TIEMPO
Se conjetura que mientras estuvo crucificado, Jesús sufrió una terrible arritmia cardíaca, debido a que su corazón trataba de bombear afanosamente una sangre que ya no tenía.
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 Se conjetura que mientras estuvo crucificado, Jesús sufrió una terrible   arritmia cardíaca, debido a que su corazón trataba de bombear afanosamente   una sangre que ya no tenía.
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Desde que tengo memoria me he hecho esta pregunta: ¿cómo habrían descrito los médicos forenses las causas de la muerte de Jesucristo si hubiesen tenido oportunidad de practicarle una autopsia? ¿De qué murió?
Estamos ya en Semana Santa y sabemos cómo relata el Evangelio, con detalles minuciosos, todos los acontecimientos de aquel viernes, que todavía hoy causan una conmoción en el mundo. En cada misa el sacerdote lee a los concurrentes unos párrafos del relato magistral que dejaron escrito los seguidores del crucificado. La gente se sabe de memoria las siete frases que pronunció antes de fallecer.

Pero confieso que he dedicado media vida a investigar qué es lo que dicen sobre tales acontecimientos aquellos historiadores de la época que no tuvieron influencias religiosas ni fueron partidarios del crucificado. Me refiero a historiadores profesionales o testigos presenciales que no eran cristianos. A gente que, por no tener interés personal en el asunto, hiciera un relato objetivo y ponderado.

He buscado, además, las pocas pero extraordinarias investigaciones científicas sobre la muerte de Cristo que se han conocido en los veinte siglos largos transcurridos desde entonces. A renglón seguido les resumo ambos temas.

Sospecho que ustedes van a quedar tan asombrados como yo al descubrir que, desde un punto de vista netamente médico y académico, los doctores coinciden con la narración de los evangelistas.

No soy teólogo ni predicador sagrado, sino un humilde periodista que se limita a registrar los hechos tal como ocurrieron.

En carne viva
Haga de cuenta que ya son las 12 del día de aquel viernes trágico. El sol está alto en el cielo. Jesús acaba de llegar al monte Calvario, o monte de la Calavera, en las afueras de Jerusalén, un pequeño promontorio llamado así porque no tiene hierba y parece una cabeza pelada. Yo lo recorrí hace muchos años, haciendo periodismo. En idioma arameo, calavera se dice ‘gólgota’. Arameo era el idioma en que predicaba Jesús. En Siria quedan unas 25.000 personas que hablan arameo.

En el camino hacia la muerte, Jesús lleva a cuestas el madero horizontal de la cruz, llamado 'patibullum', el cual, según las informaciones más serias, pesa alrededor de sesenta kilos. El vertical se lo agregarán cuando ya esté en el monte, poco antes de crucificarlo, puesto de espaldas al suelo, de cara al sol del mediodía. Lo acompaña el populacho frenético, revueltos malhechores y niños con mujeres curiosas, que disfrutan morbosamente con el terrible espectáculo. Lo empujan hasta hacerlo rodar por el suelo de piedra, se ríen de él a carcajadas, los soldados romanos lo insultan.

Flavio Josefo, un respetado cronista del paganismo, relata que “se burlaban de él lanzándole escupitajos y gritándole: ‘Si tu Dios te quiere tanto, que venga a salvarte’. Parecían perros sedientos de sangre tras los despojos del pobre hombre”.
“Y, sin embargo”, agrega Plinio el Joven en sus anotaciones romanas, “aquel condenado adolorido y sangrante los miraba a todos con una mirada mansa y piadosa”.

Antes de iniciar su recorrido hacia el Calvario, a través de un laberinto de callecitas que hoy se conoce como “viacrucis”, Jesús fue castigado con 39 latigazos en la espalda desnuda. Treinta años después, el historiador romano Cayo Graciano, que también era pagano, y que pudo entrevistar a varios testigos presenciales, nos informa que tales látigos son tiras de cuero que llevan colgadas unas bolas metálicas.

Fueron esas bolas las que le provocaron los enormes moretones que se le veían en la espalda. Como si fuera poco, también lo azotaron con un monstruoso instrumento de tortura, unos largos pedazos de hueso afilado, que le cortaron la carne severamente.

‘¿Cómo pudo aguantar?’
Miren lo que describe textualmente Cayo Graciano: “Cuando llegó al monte, el Nazareno, que además era muy flaco, tenía la espalda tan desgarrada que quienes estaban más cerca de él dicen que pudieron verle algunos fragmentos de la columna vertebral, a pesar de los borbotones de sangre que le brotaban”.

“¿Cómo pudo resistir ese hombre semejante dolor durante tanto tiempo?”, se preguntó un día el fisiólogo Zacarías Frank, uno de los investigadores médicos más respetados del siglo XX, austríaco de nacimiento, y que tampoco era cristiano, sino judío practicante.

Sobre ese aspecto específico hay un hecho elocuente que poca gente conoce.El dolor de Jesús era tan agobiante que en esa época no existía una palabra para describirlo, ni siquiera en la ciencia médica. Tuvieron que pasar diecinueve siglos antes de que inventaran el término apropiado para referirse a un dolor que no se puede soportar: los doctores lo llaman, precisamente, ‘dolor excruciante’, que, traducido al lenguaje corriente, significa ‘dolor que se siente en la cruz’. La Academia Inglesa de Medicina lo describe así: “Dolor atroz, insoportable y agonizante”.

Los clavos
Volvemos al monte Calvario. Ya lo están clavando en la cruz, que será levantada en medio de la colina. Ahora hemos venido a saber, gracias a las investigaciones científicas más respetables, que, contra lo que suele creer la tradición popular, y contra lo que se representa en cuadros y dibujos de la imaginería artística, los clavos no le fueron puestos en las palmas de las manos. Se ha aclarado ya que en aquella época, en el idioma latino que también se hablaba en la colonia romana de Palestina, la palabra manos se escribía 'manibus', pero no solo se refería a las manos propiamente dichas, sino al antebrazo en general.

Nicu Haas, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dirigió una cuidadosa investigación con la que demostró que si a Jesús lo hubieran clavado en la palma de las manos, el peso del cuerpo, por ley de gravedad, lo habría empujado hacia adelante y, con toda seguridad, se habría desclavado, cayendo al suelo.

En 1968, unos arqueólogos hallaron al norte de Jerusalén varios de los clavos que se usaban para las crucifixiones en tiempos de Cristo. Su tamaño, más largos que lo normal, parece demostrar que fueron usados para atravesar las muñecas y no las palmas.

Las sombras
Todos los testimonios coinciden en que Jesús murió a la hora religiosa de nona, la hora de la oración, que equivale a las 3 de la tarde de nuestra época. Flavio Josefo, el gran historiador romano, dejó registrado ese momento en la formidable crónica que escribió en su libro 'Antigüedades judías':

“Cuando el condenado expiró, el gigantesco velo que cubría lo más sagrado del templo de los judíos se rasgó en dos, de arriba hacia abajo, como si un rayo invisible lo hubiese destruido, y la tierra tembló con un grande estremecimiento, las piedras del monte se partieron sin que nadie las hubiera tocado, se abrieron las tumbas del cementerio del valle de Josafat, que queda frente al Calvario, y muchos cadáveres se pusieron de pie para ir en busca de sus familiares. Y a pesar de que solo era media tarde, el sol se ocultó, y el mundo quedó sumido en las sombras”.

A su turno, Plinio escribió que, “al ver lo que estaba pasando, uno de los soldados romanos se volvió a sus compañeros y exclamó: ‘Verdaderamente, este era el hijo de Dios’. Luego empezó a gritar, arrojó su lanza y se fue corriendo, colina abajo. Nunca más se volvió a saber de él”.

Entre tanto, Jesucristo se desangró en la cruz. La hemorragia era incontenible. “Sudaba sangre”, escribe Graciano. “Y jadeaba con desesperación. Se estaba ahogando”.

4 causas de la muerte
¿De qué murió Jesús, científicamente hablando? Josefo dice lo siguiente: “La crucifixión era una condena tan terrible que a Jesús le desmembró los órganos corporales. De lejos se le podían contar los huesos y las costillas”.
El médico Edward Albury, decano universitario en Oxford, y sobrino del legendario historiador inglés Arnold Toynbee, dice que Jesús sufrió una hemorragia terrible, que le causó a su organismo cuatro efectos principales:
1. Desmayos y colapsos fugaces, pero constantes, a causa de la baja presión sanguínea, que le sobrevino desde que lo estaban azotando en el palacio de Pilato, llamado pretorio. Esos desmayos fueron los que lo hicieron caer al suelo varias veces, cuando iba camino del Calvario.
2. Los riñones dejaron de funcionarle, lo cual le impidió conservar el poco líquido que le quedaba en el cuerpo.
3. Tuvo que haber sufrido una terrible arritmia cardíaca, con el corazón desbocado, tratando de bombear afanosamente una sangre que ya no tenía.
4. Cuando exclamó “tengo sed”, era porque el cuerpo estaba ansiando líquidos para reponer la sangre perdida.

Epílogo
A su turno, el fisiólogo alemán Walter Hernuth, que se describía a sí mismo como “ateo racionalista”, publicó en 1954 las conclusiones de su propia investigación. “Yo no creo que este hombre fuera hijo de Dios”, dice, con energía, “pero podría haberlo sido para resistir semejante tormento durante tres horas. No sé cómo lo hizo. No conozco a nadie que aguante eso”.

Ya son más de las 3 de la tarde. Al pie de la cruz, María, la madre, espera con una sábana en las manos que le entreguen el cadáver de su hijo. La acompaña Juan el Evangelista, que tiene apenas 24 años y parece un niño, el discípulo más joven de todos, el único entre los doce apóstoles que tuvo el coraje de acompañarlo hasta la muerte, desafiando la furia de la muchedumbre.

Cincuenta años después, a mediados del siglo I, el gran filósofo Séneca, que era profesor del emperador Nerón, escribió esta frase:
“No soy cristiano, pero me estremezco al pensar que Jesús murió lentamente, gota a gota, como su propia sangre”.

JUAN GOSSAÍN
Especial para EL TIEMPO



Thursday 1 September 2016

PARA RAZONAR Y ENTENDER LO QUE NO SE QUISIERA ENTENDER

PARA  RAZONAR Y ENTENDER LO QUE  NO SE QUISIERA ENTENDER…..??????????????????

  



 ¿Qué es esto? Arabia Saudí tiene 100.000  tiendas vacías, y no acoge a un solo refugiado.

 

3 millones de tiendas que sólo se utilizan 5 días al año. Refugiados acogidos: cero.
 Arabia Saudita tiene 100.000 tiendas de campaña climatizadas que pueden acoger a 3 millones de personas, y están vacías. Aun así, no han acogido ni un solo refugiado.
REFLEXIÓN
Estas tiendas, con climatizadores y todo como puede verse en las fotos, son para los peregrinos de la fiesta del Hajj en la ciudad de Medina. Arabia Saudí tienen recursos económicos para acoger a millones de refigiados, y no HA ACOGIDO a nadie. Todos se encaminan a Europa.


Tres millones de personas pueden ser albergadas.
           Sugerencia para que nuestros políticos europeos pidan soluciones contra la invasión de refugiados ante quienes tienen medios suficientemente demostrados. ¡Ésta puede ser la idea! 
          ¡Háganse oír! Aunque tal vez no quieran porque lo saben de sobra. ¿Por qué?
          ¿Por qué no recibir en La Meca a sus hermanos perseguidos?
           Mina, el poblado de tiendas para los peregrinos de La Meca. Estas tiendas están climatizadas y son ininflamables. Dispone cada una de ellas de un altavoz, una televisión, un termómetro y un detector de incendios.

         ¿No sería éste el campo ideal para todos los fugitivos de la guerra que tienen montada ELLOS MISMOS?
















Los musulmanes no están felices.

· Ellos no están felices en Gaza.
· Ellos no están felices en Cisjordania.
· Ellos no están felices en Egipto.
· Ellos no están felices en Libia.
· Ellos no están felices en Argelia. 
· Ellos no están felices en Tunes.
· Ellos no están felices en Marruecos.
· Ellos no están felices en Yemen.
· Ellos no están felices en Irak
· Ellos no están felices en Afganistán.
· Ellos no están felices en Siria.
· Ellos no están felices en Líbano.
· Ellos no están felices en Sudan.
· Ellos no están felices en Jordania.
· Ellos no están felices en Irán.

Y donde los musulmanes están felices ?

Ellos están felices en Inglaterra.
Ellos están felices en Francia.
Ellos están felices en Italia.
Ellos están felices en Alemania.
Ellos está felices en España
Ellos están felices en Suecia.
Ellos están felices en Holanda.
Ellos están felices en Dinamarca.
Ellos están felices en Bélgica.
Ellos están felices en Noruega.
Ellos están felices en U.S.A.
Ellos están felices en Canadá.
Ellos están felices en Rumania.
Ellos están felices en Hungría.
Ellos están felices en Australia.
Ellos están felices en Nueva Zelandia.
Ellos están felices en Brasil.
Ellos están felices en cualquier país en el mundo no gobernado por musulmanes.
¿Y a quien ellos culpan ?

· No al Islam.
· No a sus líderes.
· No a sí mismos.
Culpan a los países donde están viviendo libremente y bien.
La democracia es realmente buena para ellos: la democracia, en la que pueden vivir confortablemente, aprovechar la alta calidad de vida, que buena parte de ellos no construyen y no trabajaron para tener. Puede, esa buena parte, mantener sus costumbres, desobedecer las leyes, explotar los servicios sociales, hacer parodias de nuestra política y de nuestros tribunales. 
Generalmente, muerden la mano que los alimenta.
Y, además de eso, ellos nunca van a Rusia, Vietnam, Corea del Norte, Cuba o Camboya

La cuestión es contradictoria, paradojica, porque, al mismo tiempo, intentan traer su sistema de vida fallido
y transformar a los países que los acogieran en el país que abandonaron...
Eso es la más absoluta verdad... por eso mismo: 

¿Se puede entender?